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Recogida de Firmas Para que Navarra vuelva a tener salida al mar cantabrico.

Para: Ciudadanos de Navarra y Gipuzkoa

Para que Navarra vuelva a tener acceso al mar.

Hundarribia en el siglo XII

Hundarribia en el siglo XII. Ya en el campo de las afirmaciones documentadas vemos aparecer el nombre Hundarribia entre las tierras adjudicadas por el rey de Navarra a los pobladores de San Sebastián, en documento que Banús localiza entre 1153-1157 y 1169-1194.

Etiam terminum dono ad popullatores de Sancto Seuastiano, de Hundarribia usque ad Oriam, et de Arrenga usque ad Sanctus Martinum de Arano; scilicet quod ego habeo sub terminum illum et totum quod ibi est de rreyalengo.

Estrecha relación con Navarra

Estrecha relación con Navarra. Pese al traspaso de una corona a otra, lazos económicos seculares siguieron configurando a la zona ondarribitarra como un apéndice del reino de Navarra al que las guerras castellano-navarras no ocasionaban más que perjuicios. Por eso, aprovechando las treguas con Castilla, el concejo de Fuenterrabía firmó en 1245 un convenio con el rey Teobaldo I por el que se comprometía a proteger a los navarros y sus bienes:
[Pobl. 1960-1970.]

"Nos el prebost, los jurados, et todo el conceyllo de Fontarrabia: facemos á saber á quantos estas letras veyrán, que Nos á bona fe recebimos en nuestra comienda, et en nostra defension, por el tiempo que la tregoa de los reyes durare, á los homes et las femas et todas las cosas del regno de Navarra, cuanto nuestro poder se estiende, eyllos pagando en nostra villa las costumnes que hi pagar se deben. Nin debemos recebir en nostra villa, ni en poder de illa, nuil mal feitor, ni roberia que hi faga, si non fuere por mandamiento de nuestro seinor el rey de Castella, ó daqueil que terrá la villa por honor."

La catedral de Pamplona siguió poseyendo una serie de bustalizas junto a Fuenterrabía entre los siglos XIII-XV. Asimismo las poseía San Miguel in Excelsis según documento de 1371 y 1374.

La devolución de Hondarribia a Navarra (1256). El 1 de enero de 1256, tras un encuentro de los reyes de Castilla y Navarra en Vitoria, Alfonso X "El Sabio" devuelve a Teobaldo II de Navarra (1253-1270) las villas de San Sebastián y Fuenterrabía con todas sus rentas de mar y de tierra. La devolución se efectúa "de mi en amor en toda su vida", es decir, de por vida, y ello se constata porque en 1280 Alfonso se hallaba en el lugar cuando Felipe "El Atrevido" intenta sitiar la población siendo desbaratados sus planes por el hondarribitarra Machin de Arsu.
[Hidroplano de Paulhan, deslizándose en el agua frente a Hondarribia, tras un vuelo de exhibición en abril de 1912.]

Nuevas exenciones. Alfonso el Sabio, por privilegio librado en San Sebastián el 28 de diciembre de 1280, con el fin de que Fuenterrabía se poblase mejor, la eximió de todo pecho y pedido para siempre, salvo los diezmos de la mar. Su hijo el rey Sancho IV despachó otro en Madrid el 1 ° de diciembre de 1290, mandando que los mercaderes que viniesen al puerto de Fuenterrabía, o fuesen de éste con mercaderías a Navarra, anduviesen salvos y seguros, pagando los derechos acostumbrados en tiempo de su abuelo y el diezmo de las mercaderías que extrajesen o introdujesen, no siendo de las vedadas.

Nuevo convenio con Navarra (1365)
[Pobl. 1960-1970.]

Nuevo convenio con Navarra (1365). En agosto de 1365 hizo Fuenterrabía un tratado de comercio con Carlos II de Navarra, consistente en que éste fabricase en su puerto de Monzón, en Andara (Lesaca), una casa donde los mercaderes navarros descargasen sus mercadurías para transportarlas al mar y que hiciese fabricar también, cerca de dicho puerto, un puente para pasar las gentes, bestias y mercadurías. Se comprometió el rey a aderezar los caminos en su reino hasta dicha casa y puente, y el concejo de Fuenterrabía, a hacer a su costa, desde la dicha casa y puente, por tierra y por agua, el camino bueno y suficiente, derrocando las peinas et limpiando, et isanchando el rio, et los caminos, en manera que bajel de coranta cargas arriba llegue por agoa al dicho puerto, et liben las mercaderías salvament por tierra et por agoa fasta la dicha villa, ó fasta las grandes naves, pagando los mercaderes á los marineros, baxieillos e mulateros, su salario. Los mercaderes que hicieren dicho viaje estarían libres de todo derecho pagando por cada carga seis cornados o seis dineros carlines, sin que se les pusiese de nuevo pecha ni sisa ni imposición, excepto si comprasen ó vendiesen en Castilla de las cosas vedadas que debiesen pagar diezmo. Los mercaderes que llevasen vino de Navarra, por el dicho puerto, lo podían cargar y llevar en naves o bajeles a donde quisiesen o venderlo en Fuenterrabía, y su jurisdicción, en grueso, en pipas o en toneles, non vendiendo á taberna, ni a menudo, y pagando los 6 dineros. Por cada quintal de hierro que cargase en el puerto, debían pagar 4 maravedís.

Devolución de parte de Rioja, Alava y Guipúzcoa, comprendida Fuenterrabía, a Navarra (1366-1368)
[Pobl. 1960-1970.]

Devolución de parte de Rioja, Alava y Guipúzcoa, comprendida Fuenterrabía, a Navarra (1366-1368). La guerra civil entre Pedro I y Enrique de Trastamara va a permitir a Carlos II "El Malo" de Navarra recuperar gran parte de las tierras del reino navarro conquistadas por Castilla. Pedro I promete en Livourne, el 23 de setiembre de 1366, la restitución de una serie de plazas entre las cuales se hallaba Fuenterrabía. Consiguientemente, y para neutralizarlo, Enrique promete en Santa Cruz de Campezo, en enero de 1367, otro tanto. Al año siguiente Carlos consigue lo prometido. Pero en 1373 el arbitraje papal obliga al navarro a abandonar Alava y Rioja, y en la guerra subsiguiente con Castilla, el resto. Véase CARLOS II "EL MALO" DE NAVARRA.

Proyectos portuarios con Navarra
[Pobl. 1960-1970.]

Proyectos portuarios con Navarra. Diez años después los hondarribitarras solicitan a las Cortes de Navarra que, en interés tanto del concejo como del virreinato, se estudie la posibilidad de canalizar el Bidasoa para facilitar el comercio exterior navarro. Navarra contestó depositando mil ducados de oro para auxilio de las obras que fueron subastadas, sin resultado práctico, por dos veces. Dice Ciriquian que Tolosa y San Sebastián protestaron por lo que esta canalización había de perjudicar los derechos de tránsito de la primera y los portuarios de la segunda, pero, no obstante, las negociaciones entre Fuenterrabía y Navarra continuaron. El virrey navarro visitó el río, se encomendó la redacción del oportuno proyecto de canalización al maestre Gil, de Gallur, y Fuenterrabía dejó en Pamplona, en garantía de sus compromisos, el pie de una cruz de más de 11 kg. de peso que era propiedad suya. El proyecto no llegó a buen término aunque, bajo una u otra forma, en 1569, 1597 o 1638 fue renovado, sin resultado, y siguió siendo suscitada esta cuestión hasta el siglo XIX.

La separación de Guipúzcoa, 1638-1653
[Pobl. 1960-1970.]

La separación de Guipúzcoa, 1638-1653. Durante 15 años, Hondarribia dejó de asistir a las Juntas Generales de Guipúzcoa y trató de gestionar su reunión a Navarra. Gorosabel relata así este incidente que pone de relieve la recurrente navarreidad de la plaza: "Apenas hubo alcanzado esta en el año de 1638 el título de ciudad, dejó de concurrir á las Juntas generales y particulares de la provincia con pretextos diferentes; pero la verdadera causa de su desvío era otra, la cual no tardó en descubrirse. Tenía en efecto la pretensión de que sus procuradores hubiesen de ocupar en las Juntas el primer asiento, votando tambien los primeros; y que en las convocatorias se antepusiese el nombre de ciudad al de villas. Quería en una palabra sobreponerse en el uso de prerrogativas á todos los demás pueblos, perjudicando en su antigua posesión y costumbre á los que estaban mas adelantados por su mayor importancia, y por consiguiente mas recargados en el encabezamiento fogueral. Como la provincia no dio lugar a tan irregulares exigencias, Fuenterrabía prefirió dejar de asistir á las Juntas á tener en ellas el asiento anterior; asiento que en su envanecimiento le parecia ya inferior á su nueva categoría. La defensa de la plaza de Fuenterrabia se hizo, no por solos sus vecinos, sino en union de la tropa y los tercios de otros pueblos, que entraron en ella por mandado de la provincia, como lo demuestra la historia de su asedio. Si pues era justo que para perpetuar la heróica resistencia de esta plaza en la mencionada ocasion se le diese el titulo honorífico de muy valerosa ciudad: si lo era tambien que se premiase á sus hijos que se hubiesen distinguido en ella: no lo era seguramente el que quedasen oscurecidas las glorias de los demás guipuzcoanos. Ni era regular quedasen estos postergados en sus honores, despues de haber derramado su sangre, y hecho por la salvacion de este pueblo tantos sacrificios, que parece se desconocian despues. Así lo comprendió la provincia, manifestando el sentimiento que le causó semejante comportamiento; á lo que se agregó la noticia de que Fuenterrabia andaba gestionando por su incorporacion al Reino de Navarra, separándose de Guipuzcoa". Por un informe presentado a las Cortes de Navarra en octubre de 1795 publicado por Idoate en "R. de la H. N." (II) sabemos en qué consistieron dichas gestiones: "Puerto propio que fomente el comercio interior y exterior de Navarra, ha sido de los intereses de primera consideración de sus Cortes generales en este y el pasado siglo.En las celebradas el año 1644, se confirió entre nuestro nacional Congreso y el cabildo secular de Fuenterrabía, población del rey D. Sancho, sobre restablecerse el absoluto, recíproco y libre comercio entre Navarra y aquella ciudad, que lo hubo de inmemorial hasta que se dificultó en el año de 1521, con la sangrienta guerra entre Carlos V y Francisco I de Francia, en que se apoderaron los franceses de Fuenterrabía y del castillo y ciudad de Pamplona, distrayendo éstos el tráfico de Fuenterrabía y abrigándolo a Bayona, San Juan de Luz y Ciburu. En aquellas conferencias se presentan las ventajas y desconveniencias en restaurarse aquel comercio y resalta la oficiosi- dad de Fuenterrabía en su anhelo por el mutuo comercio con Navarra y porque se hiciese a ese fin navegable el río Bidasoa. Y aparece una precaución acertada en aquellas Cortes; ya se había acordado en las de 1642 que se diesen cartas de favor a la villa de Rentería para la pretensión que tenía del puerto, atento venía a ser esto en favor del Reyno, y que en nombre del Reyno se hiciesen con el rey, su visorrey y demás personas todas las instancias convenientes para que en el decreto de la circunvecindad del puerto de Pasage-Rentería, sea comprendido en este Reyno. Y que la Diputación lo representase y suplicase a S. E., advirtiendo no se hablase sino, en cuanto a que se comprendiese al reyno de Navarra en dicha circunvecindad, sin tratar de otros intereses que los del Reyno, ni adherirse en la causa a ninguno de los pueblos que litigaban. Ni en las Cortes de 1642 y 44 no pasó de plática el proyecto, aunque se remitió a ulterior examen cometido a la Diputación, y ignora la Junta volviera a ponerse en movimiento hasta las Cortes de 1702". Ante la negativa hondarribitarra a volver a integrarse a Guipúzcoa, las Juntas guipuzcoanas acordaron separar oficialmente a la ciudad. Dice Gorosabel: "El acuerdo de esta grave determinacion, redactada con duras expresiones, fué tomado en las Juntas generales celebradas en la villa de Tolosa por el mes de abril de 1651, mandando que no se hablase mas de ello. Fuenterrabia fué considerada desde entonces como un pueblo extraño á la provincia en todas sus antiguas relaciones, y en su lugar fué admitida la representacion de la Universidad de Irun, que no había tenido parte en esta excision. Congregadas en la villa de Elgoibar por el mes de mayo de 1653 las Juntas generales, Fuenterrabia prestó en ellas su obediencia y sumision á la provincia, desistiéndose formalmente de sus anteriores pretensiones; y al cabo de quince años de separacion volvió á la hermandad de Guipuzcoa con el mismo asiento que tenía antes en las Juntas provinciales".



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